En nuestros teclados surgió hace un buen tiempo un fenómeno que nos abrió las puertas a la expresión más genuina. El mundo de los emojis tomó lugar en medio de las letras y empezó a expresar lo que estaba dentro de nosotros. ¿Por qué tanto éxito? Por la sencilla razón de que nos permitió expresar claramente nuestras emociones más profundas con expresiones perfectas. El marketing emocional conoce el poder profundo de las emociones humanas y ha construido toda una estrategia para despertarlas y darles vida.
En las redes sociales podemos encontrar miles de ejemplos de piezas diseñadas con el objetivo de despertar nuestras emociones y la gran mayoría lo consiguen de forma exitosa. Coca -Cola nos ha vendido la felicidad desde que tenemos memoria y Protex despierta nuestro temor ante los gérmenes. Llegan al fondo de nuestras emociones primarias..
Marketing emocional
Cuando hablamos de Marketing emocional nos referimos a la disciplina del marketing que persigue, a través de una marca, establecer un vínculo emocional con el cliente actual y potencial. Hacer que se identifique a través de las emociones y considere a la marca como parte de su vida.
El público actual no es el mismo desde hace unos años. No acepta de forma pasiva recomendaciones vacías sobre un producto. Es inteligente y proactivo. Se informa e investiga. Por esta razón, captar su atención es un proceso que tiene que ir más allá de lo tradicional. Es necesario apelar a su parte interna, sus emociones y conseguir su identificación con nuestra propuesta.
Las emociones como punto de partida
El marketing emocional apela a nuestra parte más básica, al sector de nuestros impulsos naturales: las emociones. La emoción es la primera reacción ante un estímulo y está relacionado con nuestro sistema límbico.
Las emociones están formadas por tres componentes básicos:
- Fisiológicos: son procesos sobre los cuales no tenemos control. Corresponden con nuestra primera reacción ante el estímulo, por ejemplo cambios hormonales, aumento de temperatura, aumento del tono muscular, etc.
- Cognitivos: referido al hecho de procesar la información que se genera, tanto a nivel consciente como inconsciente. De allí parte nuestra experiencia subjetiva frente al estímulo y los sentimientos que se generan.
- Conductuales: engloban los movimientos del cuerpo que surgen en ese instante, tono de voz, expresión facial, etc.
Hablemos de emociones primarias
Hasta hace unos años se consideraba que existían 6 emociones básicas pero recientemente se ha corregido esta concepción y se habla de cuatro emociones básicas o primarias: felicidad, tristeza, ira y miedo. Cada una de estas emociones cumple una función básica en nuestro organismo, tales como:
- Funciones motivacionales: nos orientan hacia acciones concretas. Bien sea en forma de energía, propósito o motivación, nos impulsa a actuar.
- Funciones adaptativas: dan origen a una conducta específica que persigue adaptarse al entorno.
- Funciones sociales: sirven como vía para interactuar con los demás, entrar en conexión y establecer vínculos afectivos.
El don de cada emoción
Cada una de las emociones básicas tiene un don particular en el ser humano. Nos impulsan, nos frenan, nos hacen ir hacia adentro de nosotros mismos o abrazar al mundo y entra en sintonía. Hablemos de cada una un poco más.
La ira
Es una molestia interna, algo que necesita ser liberado, gestionado adecuadamente. Nos ayuda a establecer límites porque sirve de parámetro para definir que deseamos y que no. Nos impulsa a mostrarnos como somos, de adentro hacia fuera. Es una fuerza imponente y movilizadora.
El miedo
El don del miedo se centra en ayudarnos a gestionar los peligros externos o internos que nos acechen. Nos impulsa a encontrar un equilibrio entre nuestros recursos y los retos que vienen de afuera.
La felicidad
Es la emoción por excelencia si de establecer vínculos se trata. Nos habla del calor, de compartir , de estrechar relaciones.
Tristeza
Se relaciona con el pasado o con el presente. Nos permite identificar el dolor, las relaciones que nos hieren y gestionar la necesidad de desprendernos de aquello que nos hace daño.
Pilares del Marketing Emocional
Toda disciplina cuenta con pilares fundamentales sobre los cuales descansan sus propuestas más importantes. En lo que respecta al marketing emocional, Elia Guardiola ha elaborado de forma muy acertada una propuesta sobre los pilares del marketing emocional.
Hablemos de cada uno de ellos.
Vínculo afectivo marca-consumidor
El marketing emocional encuentra su centro en el establecimiento del vínculo afectivo entre la marca y el consumidor. Como ya hemos comentado más arriba, las emociones son el motor que nos lleva a crear uniones y establecer relaciones y el marketing emocional tiene como objetivo que, entre marca y consumidor, se establezca una relación afectiva que llene no solo sus necesidades en cuanto al producto sino también las necesidades afectivas que se despierten.
Experiencias, sensaciones y emociones
En la actualidad, no basta llenar de información a nuestros clientes potenciales y actuales. Son un público mucho más demandante y desean vivir experiencias, sentir algo cuando les hablamos. Es allí donde apunta esta estrategia. Despertar emociones, humanizar nuestra marca acercándose a la gente. Ofrecerles apoyo, cuidados, incluso hasta consuelo si lo necesitan.
Y humanizar nuestra marca parte del hecho de que nosotros mismos debemos sentir el despertar de esas emociones para poder transmitirlo. Si creemos que podemos hacer felices a otros es porque somos felices al hacerlo. La identificación es vital a la hora de construir nuestra estrategia y los sentimientos que queremos despertar.
Lovemark
Enamorarse es una experiencia mágica que hace del objeto de nuestro amor el único en el mundo. Es chispa, emoción, dedicación. Y cuando hablamos de hacer de nuestra marca una lovemark es lograr que el público se enamore de nuestra marca de forma incondicional.
¿La clave para enamorar? Ser auténticos, construir historias alrededor de nuestra marca que hagan que el público se identifique con ellas y nuestra marca pase a ser parte de sus recuerdos y las emociones que le despiertan. Coca-Cola y sus spots navideños han sido un ejemplo clásico que ha conseguido mezclar magistralmente nuestros más fuertes emociones navideñas con su marca.
Pero, como todo en el amor, si no lo cuidamos oro puede llegar y robarnos la atención. Así que debemos estar atentos a nuestra competencia, hay que alimentar las emociones de forma sana e inteligente para mantenerlas vivas.
Marketing de contenidos
Finalmente pero no menos importante encontramos el Marketing de Contenidos como soporte de esta apasionante disciplina. El Marketing de Contenidos, como elemento vital del Inbound Marketing, nos pone al alcance la información vital para llegar al cliente: quién es, qué quiere y cómo lo quiere. Nos permite tantear de forma sutil cómo y cuándo prefiere el mensaje. Nuestros contenidos se convierten en el ojo silencioso de las emociones del lector y nos dan la pauta para afinar nuestras tácticas.
Desde nuestras emociones a las del cliente
Ese apasionante viaje desde lo que despierta nuestras emociones hasta las que podemos despertar en el cliente es una experiencia única. Y más aún, cuando lo emprendemos de forma independiente, rompiendo los esquemas tradicionales. No le temas a las emociones porque son lo más profundo y real del ser humano. Con inteligencia, la sensibilidad adecuada y la creatividad necesaria puedes lograr cosas maravillosas a través del Marketing Emocional. Acércate a Tu Clínica Digital y descubre tus posibilidades.
