La censura en los años 90 está claramente definida por la etiqueta Parental Advisory. Se encontraba en cualquier material musical que atentara contra las “buenas costumbres” de la sociedad americana y sus niños en aquel momento. Y mucha agua ha corrido el puente desde la colocación de esa etiqueta hasta el efecto Streisand o el curioso hecho de que lo que se prohíbe, se vuelve atractivo.
En septiembre de 1985, un grupo de mujeres bajo el nombre de Parents Music Resource Center llegó al senado de los Estados Unidos. Solicitaban la censura de todo aquel material musical que tocara temas como el sexo, la violencia y el ocultismo y causara «daños» en los niños.
La censura de mano de PMRC
Este grupo, denominado de forma popular Washington Wives, estaba encabezado por Tipper Gore, esposa del senador Al Gore y otras damas cuyo poder político les facilitó su camino . Su propuesta se centraba en obligar a la industria musical a clasificar todo material que pudiera ser ofensivo. Además, debían colocar la etiqueta Parental Advisory en los empaques de cada disco que saliera al mercado si su contenido “lo requería”.
Durante su paso por el senado, presentaron una lista de 15 piezas musicales llamada “Filthy Fifteen” la cual, a su juicio, era música que corrompía a la juventud. Canciones como We´re not gonna take it de Twisted Sister y She bop de Cindy Lauper fueron expuestas como material dañino que incitaba a la masturbación y a la violencia de forma explícita.
En esta sesión, debieron enfrentarse a las palabras de tres grandes de la música: John Denver, cantante country; Frank Zappa y Dee Sneider, cantante de Twisted Sister. Zappa afirmó que cualquier intento de censura en el mundo musical limitaba no favorecía para nada a los niños sino que, en forma contraria, socava las bases de su libertad como adultos.
Por su parte, Dee Sneider, acusado de cantarle a la violencia, el sadomasoquismo y la violación en su pieza Under the blade, declaró que la única violencia se encontraba en la mente de la Sra. Gore ya que su canción hablaba simplemente del temor de todo ser humano al verse , en un quirófano, bajo el bisturí.
Pero fue Denver quien hizo una observación muy interesante y que, hoy en día, sigue resonando en muchos espacios. Afirmó que la censura tiene efectos contrarios a los que se desea y que, al final,todo aquello que se oculta se convierte en un objeto de deseo.
El efecto Streisand entra en acción
Luego de algunas discusiones, el senado se decantó por la colocación de la etiqueta Parental Advisory con todas las consecuencias que podía tener su uso a nivel comercial. La clasificación del material musical no se concretó pero los efectos de la censura no se hicieron esperar.
En el ámbito comercial, sitios como Walmart se negaron a comercializar álbumes con esta etiqueta así que surgió el fenómeno de versiones “limpias” de aquellas piezas que podían ser objeto de la censura previa.
Por su parte, en el año 93, la banda rage Against the machine lleva a cabo su simbólica protesta contra la censura en el festival de Lollapalooza de Filadelfia. Sus integrantes se presentaron en el escenario desnudos,con las iniciales de PMRC en su pecho, cinta adhesiva sobre su boca y allí permanecieron durante 14 minutos, mientras sonaban de fondo los acordes de la banda.
Y es que, como bien afirmó Denver, lo que se esconde se convierte en algo deseable. La música es una forma cultural de expresión humana y los jóvenes suelen rebelarse contra las imposición a través de sus preferencias musicales. Así que,no importa cuánto esfuerzo realice la sociedad para callarlos, el cambio y los nuevos esquemas se imponen de forma natural.
Lo diferente y oscuro se vuelve deseable si se le censura. Despierta mayor curiosidad en las personas y lejos de mantenerse en la oscuridad, suele saltar a la luz y hacerse viral sin parar. Y es allí donde encaja perfectamente el efecto Streisand. Esta famosa cantante años atrás, demandó a un fotógrafo que publicó una foto de su propiedad sin su autorización. El fotógrafo alegó que el propósito de la foto era mostrarlos efectos de la erosión sobre la costa de california pero ya el fenómeno estaba en proceso.
Aquella foto que pudo haber pasado desapercibida se hizo famosa gracias al mismo esfuerzo de Streisand de prohibirla. Y así sigue sucediendo en todos los ámbitos hasta el sol de hoy: lo prohibido se vuelve viral.
Marketing y censura
Es cierto que las redes viven un proceso constante de censura formal e informal . Pero también es interesante señalar que , a nivel de marketing, el coqueteo con temas que pueden ser objeto de censura como estrategia para viralizar una campaña ha sido bastante exitoso.
Un excelente ejemplo lo encontramos en la campaña de la soda de origen israelí SodaStream durante el Super Bowl del año 2014. Días antes dejaron colar de forma “casual” el comercial que sería público durante la emisión del evento. En este comercial Scarlet Johhanson mostraba las bondades del producto y al final, en un breve cierre mencionaba a Coca Cola y Pepsi. Fox decidió no emitir el comercial porque iba en contra de los intereses de estas dos empresas patrocinadoras del evento. Pero ya todo había arrancado. SodaStream se hizo viral y fue indetenible. ¿Error o intención?
Como éste existen muchos ejemplos de campañas que rozan con elegancia los límites de la censura y alcanzan niveles altos de popularidad “bajo cuerda” con piezas retiradas por herir algunas sensibilidades.
Y es que John Denver tenía y sigue teniendo razón, al igual que Zappa y Sneider: confiscar las libertades sólo genera un rechazo y que el ser humano luche por ellas con más fuerza y decisión.
El rock y la música en general sigue siendo un mundo donde la libertad encuentra su espacio. Y lo que necesitamos los espectadores de este curioso mundo es cultivar nuestro criterio y educar con conciencia a nuestros hijos. Los niños que crecen con criterio propio encuentran las respuestas acertadas y toman decisiones informadas.
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