El efecto Serendipia: por qué la sorpresa vende

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En la película del año 2001, Serendipity , Sara y Jonathan se cruzan por pura casualidad en una noche en Nueva York. La conexión que nace de los pocos momentos que compartieron los lleva a pensar en que, un encuentro sorpresa, fortuito, puede ser la respuesta a su búsqueda del amor. Y el efecto serendipia se basa en esa premisa: algunas veces , aquello que descubrimos por azar conecta de una forma más profunda con nosotros que aquellas que elegimos de forma consciente

Diversos estudios apuntan a que las personas aprecian de una forma especial aquellas cosas que llegan a sus vidas por casualidad y las convierten en un factor positivo de motivación. La idea del hallazgo afortunado e inesperado se ha convertido en una estrategia incluso a nivel de marketing para algunas marcas. Y es que el ser humano vive en una constante búsqueda . Por esta razón, encontrar alguna respuesta sin buscarla es una grata sorpresa que cambia la vida en un segundo. 

El origen de serendipia

El término suena mágico en sí mismo. Hasta puede hacernos evocar a una pequeña hada tras bastidores, manipulando los hilos de la casualidad y feliz mientras nos ve sonreír ante aquello que no esperamos. 

Y la razón es que su origen se remonta a un cuento muy antiguo llamado “Los tres príncipes de Serendipia” del escritor inglés Horace Walpole. Serendipia era el nombre que recibía la antigua isla de Ceilán, hoy Sri Lanka. El curioso cuento centra su historia en la inteligencia, capacidad de observación y sagacidad de tres jóvenes príncipes. Ellos solían bromear con su habilidad para descubrir curiosidades por pura casualidad, gracias a su atención al observar su entorno y atar cabos.

Lo que nos lleva a destacar un elemento importante: los hallazgos afortunados también dependen de la capacidad del involucrado en observar con detenimiento y encontrar aquello que no buscaba pero igualmente es fascinante.

El término serendipia se ha utilizado a lo largo de la historia en muchas ocasiones y el cine le ha dado un lugar apreciado por sus amantes en películas como Serendipity (nombrada al principio) o City of angels en las que el amor se convierte en aquel regalo afortunado sin buscarlo.

¿Por qué somos felices con las sorpresas? 

Antes de continuar,es preciso aclarar que no todas las sorpresas son agradables por definición. Si los sentimientos asociados a la sorpresa se relacionan con hechos que nos perturban no serán bienvenidos.

Pero en el mundo actual, donde las elecciones han perdido cierta emoción al estar automatizadas en muchos casos, la sorpresa rompe el molde y emociona.

Demos una mirada rápida a procesos comunes que llevamos a cabo a diario. Estamos en Instagram, por ejemplo, y recorremos nuestro feed que está predeterminado en base a nuestras elecciones previas. Elegimos poco o nada. Vemos lo que el algoritmo ha decidido mostrarnos. 

Este proceso nos “ahorra” tiempo en cierta forma. Evita la angustia de buscar constantemente algo que se adapte a nuestros gustos. Pero, poco a poco, convierte nuestro feed en algo monótono y hasta aburrido. La seguridad puede llegar a ser aburrida, sin duda alguna. 

Es por esta razón que romper con la monotonía, de una forma u otra, ofrece un alto grado de satisfacción. Nos convierte un poco en niños curiosos dispuestos a encontrar algo bueno en cada sorpresa con que nos cruzamos. Aumenta nuestra capacidad de observación y atención. Y, sin temor a equivocarnos, dispara nuestra creatividad.

Nada emociona más que abrir puertas desconocidas.

El marketing y el efecto serendipia 

En este campo, el efecto serendipia ha sido la respuesta en muchos casos a lo que se conoce como la “fatiga de elección”. Cuando el ser humano tiene al frente una cantidad considerable de opciones para elegir, su capacidad para tomar una decisión se reduce. 

Un ejemplo práctico, es la fatiga que supone elegir entre las miles recomendaciones diarias que nos ofrece Netflix y su programación. Llega un momento en el cual ninguna opción parece llenar los requisitos necesarios. Y la verdad es que estamos cansados de elegir, evaluar, considerar. Y nos aburrimos. 

Es entonces cuando la estrategia de sorprender al cliente se plantea como una buena opción. Muchas empresas apuestan por ofrecer cajas sorpresas de productos a sus clientes y la aceptación es alta. Se sienten mucho más atraídos hacia la expectativa de qué irán a recibir que con las cajas que ellos mismos eligen.

Netflix ha diseñado el botón de reproducción aleatoria para llevar a su público una experiencia más cercana a la televisión antigua. Es un poco recordar aquellas épocas en las que ver televisión era un asunto de sorpresa. No elegías la programación previamente. Simplemente, disfrutabas de lo que venía a continuación. 

Siendo equilibrados también, debemos señalar que esta estrategia no se ajusta con todos los productos y servicios en realidad. En aquellos en los que la información es vital y se asocia con un elemento experto (tecnología, medicina) , la sorpresa no es una buena estrategia. Nadie va al quirófano con el cirujano que le toque por sorpresa, a menos que sea una emergencia. O compra cualquier teléfono móvil sin evaluar su funcionalidad a nivel técnico. 

Pero , con la observación detallada del mercado y la competencia y la escucha social de nuestra audiencia adecuada, podemos determinar si la sorpresa se ajusta a nuestro producto y experimentar nuevas opciones contra la fatiga de elección. Innovar y sorprender pueden dar un nuevo aire a nuestra marca y elevarnos de nivel de manera sorprendente.

¿Qué podemos aprender del efecto serendipia?

Podríamos pasar muchas horas hablando del tema porque es fascinante . Pero lo más importante a resaltar es que, ya sea a nivel profesional o personal, incorporar la magia de la serendipia en nuestras vidas puede ser un cambio positivo.

Observar lo que nos sucede con atención y buena disposición nos permite construir aquello que llama el investigador alemán, Christian Buch la suerte inteligente o serendipia. Es conectar los puntos de cada hecho y descubrir nuevas oportunidades, inesperadas pero positivas.

Buch lo define como la posibilidad de crear consciencia de lo inesperado y aprovechar sus oportunidades. Deslastrarnos de la ansiedad que produce la planificación extrema y darle espacio a sorprendernos a diario.

Y no, no es volvernos irresponsables sino mirar la vida como un mundo más amplio de posibilidades a cada paso. Hacer del temible “Y si yo…” una puerta abierta a nuevas y mejores opciones de vida inexploradas. 

Al crecer , dejamos la capacidad de sorprendernos, de asombrarnos ante el mundo. En la película El origen de los Guardianes, Santa Claus declara que su centro es el asombro. Puede ver el mundo con ojos de niños y descubrir cosas maravillosas a cada paso. No espera nada, todo lo sorprende.

¿Qué tal si nos relajamos un poco y comenzamos a sorprendernos? En Tu Clínica Digital nos gusta jugar con los futuros posibles, las sorpresas a diario. Hacer lo que otros no han probado y descubrir lo que no esperamos. Tómese un café con nosotros y quizás sea el primer paso para que el efecto serendipia nos descubra grandes cosas juntos.  

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